No tengo tu grandeza, la de poder “decir” todo con solo mirar…por eso te escribo.
Transformaste mi vida, me hiciste mejor persona, no necesitaste ideologías, ni religión, ni grandes discursos, ni escuela, ni siquiera palabras… me enseñaste con tu vida el mayor de los valores: el AMOR, puro, genuino, incondicional, fiel… así es tu alma mi negrita linda. Tan grande que ya le quedaba chico este mundo.
Cumpliste tu misión, ablandaste los corazones màs duros, nos mostraste a quienes supimos disfrutarte que no hay secretos en esta vida, la felicidad està en lo simple, en el compartir y vivir intensamente el dìa a dìa…el solcito con mate a la mañana, los paseos por el barrio, las bienvenidas a nuestros afectos, los asados en familia, las vacaciones donde “perdias la compostura” y desplegabas tu lado mas salvaje… Todo, Todo era importante y motivo de alegrìa para vos..¿cuàndo aprenderemos los humanos que vivir es mucho màs simple?
More, te ganaste tu propio lugar en el corazón de muchos, yo solo intentè ser digna compañera.
La peleamos, con garra, con entereza, y ganamos…aprendì porque supiste enseñarme que el verdadero amor està en la entrega absoluta, ese que trasciende nuestra propia humanidad.
Anda tranquila mi vida, que yo estarè bien, tengo personas de fierro que me sostienen…disfruta de mucha paz y de esa luz que me ilumina dìa a dìa, porque nuestras almas están eternamente juntas…
Te amo mi negrita linda, y sì, te extraño…
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